Economía

Riqueza e igualdad

Estos días le he estado dando vueltas al tema de la igualdad y desigualdad en los diferentes países. Es un tema muy trabajado y, en general, se asume que una desigualdad «excesiva» es perjudicial para el conjunto de la sociedad. De ahí que se estudien con atención tanto los indicadores que miden la desigualdad y su evolución, como la comparación entre unos y otros estados y territorios.

El más conocido de estos indicadores es el índice Gini. Este índice parte una situación ideal, en la que todas las personas (o unidades de consumo, lo mismo da medirlo de una manera o de otra) disponen de la misma renta y compara esa situación con la real del país o territorio que se esté estudiando. La relación entre esa superficie y la que vendría determinada por un reparto absolutamente igualitario de la renta es el índice Gini. En el gráfico inferior puede comprobarse.

Aquí se compara el reparto de la renta en la India (línea roja) y en Suecia (línea morada). Una distribución perfectamente igualitaria seguiría la línea de puntos diagonal. La superficie morada, dividida por la superficie definida por la diagonal es la que da el índice de Gini para Suecia. En el caso de la India, el índice Gini es el resultado de dividir la suma de las áreas morada y salmón por el área definida por la diagonal. Si la riqueza está igualmente repartida, la línea del reparto real coincide con la diagonal y, por tanto, el índice es 0. Si una sola persona tuviera toda la riqueza del país, la línea real sería una vertical en el punto del 1.0, por lo que la superficie definida por la diagonal y la definida por la línea real tendrían el mismo tamaño, lo que conduciría que el índice Gini fuera 1 (máxima desigualdad). En ocasiones, para hacer más fácil la comprensión de los resultados, en vez de expresar el índice entre 0 y 1 se expresa entre 0 y 100, de tal manera que un índice Gini de 0,34 es lo mismo que uno de 34, entendido el primero en una escala de 0 a 1 y el segundo en una de 0 a 100. A continuación, muestro el índice Gini de varios países, tanto europeos como extraeuropeos

Y los países de la UE ordenados por su índice Gini

En principio, como decía, se asume que una mayor igualdad es mejor; pero creo que esto ha de ser matizado. En una sociedad desigualitaria, pero rica, podría suceder que la mayoría de los individuos tuvieran más recursos que en otra igualitaria, pero pobre. Es por eso que sería conveniente vincular los índices de igualdad (Gini, por ejemplo) y la renta per cápita. Vamos a ver, en primer lugar, cuál es la renta per cápita (a paridad de poder adquisitivo) en los países que hemos considerado hasta ahora.

Y aquí están los países de la UE

¿Cómo se pueden poner en relación ambos indicadores, el índice Gini y la renta per cápita a paridad de poder adquisitivo? Mi propuesta es dividir la renta per cápita a paridad de poder adquisitivo por el índice Gini más 0,1. De esta forma, el índice resultante (al que podemos llamar «índice 1») aumentaría tanto cuando aumenta la renta per cápita como cuando aumenta la igualdad (puesto que el denominador se hace más pequeño). La razón de añadir un 0,1 al índice Gini es la de evitar que si éste es 0 el resultado fuera infinito, lo que carecería de sentido. Según éste índice, los países que hemos considerado hasta ahora se ordenarían de la siguiente manera:

Si ponemos en relación renta per cápita y desigualdades, se producen algunos cambios en la ordenación de los países. Así, por ejemplo, Suecia adelanta a Estados Unidos y España se coloca detrás de países que tienen una renta per cápita inferior, pero que gozan de una mayor igualdad (la República Checa, Eslovenia y Eslovaquia). No se trata de premiar la igualdad a toda costa, sino de identificar qué niveles de desigualdad son compatibles con un alto nivel de riqueza.

Es obvio también que el valor que se asigne al corrector del índice Gini en el denominador hará que se dote de mayor importancia a la desigualdad a la renta per cápita. Aquí he elegido un corrector bajo (0,1). si éste subiera, el índice 1 se iría aproximando a la renta per cápita. Elegir uno u otro es una cuestión puramente ideológica, en el sentido de dotar de mayor o menor relevancia a la igualdad dentro de la sociedad. En función del valor que se elija para este factor de corrección, la ordenación de los países variará.

Lo que sí resulta objetiva es la relación entre renta per cápita e igualdad. Si ubicamos los países en una gráfica en la que en el eje vertical se coloque la renta per cápita y en el horizontal el índice Gini obtendremos una distribución de territorios a partir de estos dos factores.

Esta gráfica nos muestra, si consideramos la UE; que hay dos países que destacan por combinar una alta renta per cápita y una relativamente alta desigualdad (relativamente porque, en cualquier caso, se trata de niveles de desigualdad que están lejos de los que se encuentran en países como Estados Unidos o México. Luego hay un grupo de países con renta per cápita reducida (para los estándares de la UE), pero con un alto nivel de igualdad (la República Checa, Eslovaquia y Eslovenia) y luego un grupo de países, que forman una especie de círculo hacia el centro del gráfico, con una renta per cápita relativamente alta pero, a la vez, un nivel de desigualdad no excesivamente alto. Se trata de Dinamarca, Países Bajos, Austria, Bélgica, Suecia, Finlandia y Francia.

España no está en ninguno de esos grupos, sino en otro en el que la renta per cápita es sensiblemente más baja con diferentes niveles de desigualdad, desde la bastante reducida de Polonia hasta la muy alta de Letonia y Bulgaria. En ese grupo, España, junto Italia, Lituania y Estonia se ubica en una posición intermedia.

Tanto el índice 1 como este tipo de gráficas nos permiten ver cómo se relacionan renta per cápita y desigualdad. Me parece importante fijarse en estas cosas, porque antes de diseñar cualquier política -que puede que funcione o puede que no- es necesario saber a dónde queremos llegar. La pregunta, a partir de aquí es si queremos ser como el grupo de Irlanda y Luxemburgo, como el de Eslovenia, Eslovaquia y la República Checa, como aquel en el que están Dinamarca, Austria y Francia (entre otros) o ya nos está bien estar donde estamos. Este es el tipo de debate al que deberíamos enfrentarnos. ¿No os parece?