Un año más y no sabes qué pensar, qué imaginar. Las certezas se diluyen en aire frío y azul. Impulsos de otro tiempo descienden desde las nubes y acaban reposando junto a ríos tranquilos, serenos. La vida se extiende sobre inmensos campos de recuerdos. En la mesa se acumulan las sombras que hablan de lo que fuimos, de lo que seremos. Un manto delgado y multicolor cae sobre prados de otros tiempos. Es la noche dura los días de invierno. La mano roza lo negro, pero se detiene al borde del hielo. En un rincón, el fuego, más allá el árbol y el muérdago. Se acumulan las caricias de amigos y compañeros, de quienes nos acunaron, de quienes nos abrazaron, de quienes nos besaron y amaron. Es un día que vale una vida, una noche que eterna se repite y nos dice que callemos, que aguardemos y confiemos. ¡Sea pues, amigo! Toma mis deseos y acógelos como yo también quiero. Feliz Navidad
El jardín de las hipótesis inconclusas. Un espacio abierto a todas las ideas, por locas que sean, y a todos los planteamientos, por alejados que estén de los pareceres comunes.