La amistad del amado mueve al llanto
de quien ni fuerzas tiene para odiar
a quien quisieras tú poder amar
igual que ama a Dios un mártir santo.
Con leve sonrisa responde al canto
de quien la vida podría entregar
por unos labios altivos besar
que puerta son del luminoso manto.
Si amor te profesa el indiferente,
y quieres mostrarle tierna amistad,
hazlo; pero guarda siempre presente
que lo que entiendes como gran bondad
es herida que marcará su frente,
siniestra semilla de la maldad.